jueves, 12 de noviembre de 2009

Encuentro de mis Lunatic con Sara Allen



Entre el atropellado ir y venir de los viajeros que se adelantaban unos a otros, se empujaban y se cruzaban sin mirarse, una niña, totalmente ignorada por ellos, lloraba silenciosamente con los ojos bajos y la espalda apoyada en la pared del paso subterráneo. Podría tener unos diez años. LLevaba un impermeable encarnado con capucha, y al brazo, enganchada por el asa, una cesta de mimbre cubierta por una servilleta a cuadros. (pag.118 C.8)

Escribe un párrafo que te guste del capítulo 8

3 comentarios:

Unknown dijo...

"Notó, porque se lo avisaba una voz interior, que necesitaba ponerse en guardia. No quería darle coba a aquella desgana de vivir, se resistía a dejarse resbalar por la pendiente de las ideas negras. << Si caes al pozo, estás perdida - dijo aquella voz interior-. Porque una vez allí, ya no ves nada, lo sabes de siempre>> Sí lo sabia. Y también que no ver nada, era dejar de vivir. "

kardemumma dijo...

Entonces, ¿ por qué llorás? - insistió miss Lunatic, al darse ceunta de que la niña volvía a hacer pucheros.
- Es muy largo de contar- contestó ella, con un hilo de voz y bajando nuevamente los ojos-. Muy largo.
- Bueno, eso no importa. Lo que vale la pena siempre es largo de contar. Pero me gustaría saber si tú tienes ganas de contarlo o no. Eso es lo único importante.
La niña la miró extasiada. Y las chispas repentinas de entusiasmo que miss Lunatic descubrió en el fondo de sus ojos llorosos, le hicieron pensar en el sol cuando está a punto de romper las nubes de tormenta. De un momento a otro se iba a ver dibujado el arco iris.

Unknown dijo...

– ¡Que no, por favor faltaba más! – protestó la madre –. ¡Dásela, Ray! Es de la señora… Gracias, señora, pero los niños no saben lo que quieren.
– En eso no estoy de acuerdo, ya ve. Yo creo, por lo contrario, que son los únicos que saben lo que quieren – contestó miss Lunatic.